2012년 10월 7일 일요일

Suen~os de chimchilbang

una de las noches del chimyilbang (ban~os turcos) la pase' en un sofa' cama con la cabecera como a 30 grados, de fondo la tv de pantalla gigante de la sala de estar. Y tuve el suen~o m'as complejo, largo y poblado -en cuanto a n'umero de personajes- que recuerdo ahora mismo. Uno de los detalles m'as inquietantes es que contaba entre mis amigos m'as 'intimos con Muhammar El-Gadhafi.
Cuando estoy despierto, o creo estarlo, mi postura es frontalmente opuesta a que mataran a Gadhafi para poder instalar m'as tranquilamente en Libia el McDollar, la Killer-Cola, etc. Pero en el suen~o, curiosamente, su presencia a mi lado como compan~ero de aventuras no tra'ia ninguna carga tr'agica o reivindicativa. Simplemente estaba ahi'.
Un suen~o con varias fases, pero esta vez no tanto episodios de una misma serie como largometrajes bien diferenciados. Ni la fotograf'ia ni el reparto ni el argumento ten'ian mucho que ver.
*****
el tipo de la compu de al lado lleva m'as de una hora enganchado a un videojuego de cartas en que cada movimiento viene acompan~ado de efectos especiales como de casino y de comentarios por parte del ordenador en una voz masculina y portentosa. En actitud contorsionista -un pie ora sobre la barra de espacio, ora directamente apoyado en la pantalla), cada lanzamiento de carta es una impresionante hostia al rat'on. Con cada clic tiembla la mesa. Por cada poro de su piel, el compan~ero de ban~os turcos despide un penetrante aroma a alcohol. Y tiene muchos poros expuestos al aire, ya que esta' medio despelotado - albornoz a medio atar como 'unico atuendo.

Y yo aspirando los procesados vinos de arroz y aspirando tambi'en a traducir cuatro poemas, escribir tres informes, etc.

댓글 없음:

댓글 쓰기